BREVE ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DE TALCOTT PARSONS
CONCEPTO DE EDUCACIÓN DE TALCOTT PARSONS
Parsons
define la educación como un proceso funcional y selectivo a través del cual el
individuo construye su personalidad y se ubica estructuralmente dentro de un
sistema social igualmente selectivo.
Corresponde a la educación seleccionar y formular las normas, valores, creencias, reglas y patrones de comportamiento del hombre, que le permitan adecuarse con más eficacia a las necesidades del grupo social y a su contexto mayor. Ello ha de determinar los contenidos presentes en dicha educación.
La educación es responsable de la movilidad social y permite que el hombre adquiera un status y el rol que le corresponde desempeñar en la vida social. Se entiende la vida social como “una progresiva carrera por el logro de posiciones y la internalización correspondiente de pautas”; por ello “toda adquisición de hábitos, técnicas, capacidades, contenidos cognoscitivos, etc., significan adentramiento y penetración sistemática en sus significados, instituciones formales e informales que importan un proceso educativo diferenciador”77. La educación es entonces un factor determinante de estratificación al configurar al grupo de acuerdo a calificaciones, realizar una selección social y asignar status.
Corresponde a la educación seleccionar y formular las normas, valores, creencias, reglas y patrones de comportamiento del hombre, que le permitan adecuarse con más eficacia a las necesidades del grupo social y a su contexto mayor. Ello ha de determinar los contenidos presentes en dicha educación.
La educación es responsable de la movilidad social y permite que el hombre adquiera un status y el rol que le corresponde desempeñar en la vida social. Se entiende la vida social como “una progresiva carrera por el logro de posiciones y la internalización correspondiente de pautas”; por ello “toda adquisición de hábitos, técnicas, capacidades, contenidos cognoscitivos, etc., significan adentramiento y penetración sistemática en sus significados, instituciones formales e informales que importan un proceso educativo diferenciador”77. La educación es entonces un factor determinante de estratificación al configurar al grupo de acuerdo a calificaciones, realizar una selección social y asignar status.
Teoría
social
BREVE ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DE TALCOTT
PARSONS
Pongo a disposición de ustedes un
documento que un profesor argentino escribió para sus alumnos. Me lo envió un
estudiante nuestro, muy crítico de la excesiva simplificación y esquematización
de los apuntes que yo redacto personalmente o pongo a disposición de los
alumnos, que también los he puesto al día, facilitado y reordenado. Mi crítico
quiere literatura más desafiante, más
académica. Por lo contrario, yo pienso que es mejor que el alumno no se vea
enfrentado a un texto difícil de desentrañar y que ocupe su tiempo en entender
y aplicar las ideas básicas que ahí se proponen. Por ejemplo, es habitual que
los artículos tengan frases muy largas, con muchas frases intercaladas que son disgresiones y digresiones, hipervínculos como
se dice en informática, con comentarios que vinculan el discurso principal con
otros pensadores o con materias relacionadas. La mayoría contiene precisiones
que no interesan fuera del ámbito de las disciplinas específicas, yo los
elimino. Prefiero trabajar para no enredar y hacer perder tiempo a los
estudiantes en asuntos que no tienen
valor para ellos.
La redacción generalmente es poco
amigable con los lectores. Por ejemplo, los autores no se sienten obligados a
repetir el sujeto, para mi manera de ver, esto crea un cierto grado de
ambigüedad ¿De quién es la idea del profesor argentino que escribe, de él, de
Parsons o de Weber? Se supone que el lector sabe lo suficiente para no
confundirse: Tampoco se sienten obligados a buscar un vocabulario simple, ni de utilizar los
innumerables elementos que permiten ordenar y aclarar una presentación. Menos
aún usar negritas, cursivas, subrayados y otras herramientas.
En este apunte argentino metí mano
al final y ordené una idea muy buena, separé lo predicado sobre "los sistemas sociales estables y
ordenados" de aquellos que no lo son y están en crisis. Anómicos - como dice el autor - utilizando un concepto que, por supuesto, no
lo define para sus alumnos. Durkheim
introdujo la palabra anomia ("sin normas") para designar aquellos
casos en que la crisis es tan profunda que el sistema normativo se viene abajo.
Creo que un autor debe darse el
trabajo de corregir para que su escrito se entienda y, más todavía, no pueda
entenderse de otra manera. Ahora al texto anunciado. A2
28 de sept. de 2004
Saludos VN
Parsons,
un pensador convertido en leyenda, ha sido encasillado en la corriente del
“funcionalismo normativista”, además de una variedad de apelativos, tal como: "teoría
general de la acción", "teoría de la acción social", pero se
puede afirmar con cierto grado de certeza que el funcionalismo normativista es
el que mejor le “calza”.
Esta
afirmación se ve reflejada por el predominio explicativo del
normativismo-valorativo, lo que no se debe entender como un determinismo
culturalista, sino que a pesar de que los límites posibles de acción son
establecidos por las condiciones materiales, estas no le otorgan dirección sino
que ésta viene a través de los valores culturales. Esto es que un conjunto de
condiciones materiales dejen entrever una variedad de cauces de acción; cuál de
estas será elegida, vendrá orientada por el techo normativo valorativo.
Por
otro lado, concibe como un sistema de acción el adoptar, con perspectiva
funcionalista el análisis de la estructura social. Parsons parece entender el
funcionalismo como la resultante de dos vertientes intelectuales, Malinowski y
Pareto.
Podríamos
caracterizar a la obra de Parsons como difícil, extensa, cuestionable en su
interior, afianzada en una particular concepción del quehacer teórico en
sociología, que le dan un perfil distintivo y peculiar a su visión.
Como
resultado a la difícil conceptualización y a lo denso de su trabajo, muchas
veces se ha adjudicado cierto grado de inteligibilidad a la traducción del
inglés, así se explican ciertas afirmaciones erróneas de su obra, podemos así
decir que la obra parsoniana no es un dechado de claridad y sencillez, mucho
menos podemos estereotipar al “funcionalismo normativista” con un enfoque
conservador y así se ahorrarían muchas críticas.
Agrava
aún más el volumen considerable de su obra, con más de un centenar de
artículos, traducciones y quince libros, su interpretación global se ve
afectada por una suerte de modismo en lo que refiere al ataque a sus obras, con
lo que podemos afirmar que se puede estar o no de acuerdo con Talcott Parsons
pero nunca ignorarlo completamente.
Tanto
es así que se discute la existencia de más de un Parsons, a pesar de sus
esfuerzos por demostrar que cada obra suya suma al desarrollo progresivo y
sistemático de ideas larvadas en teorías anteriores, lo que hace que diste
mucho en ser reconocidas con unanimidad la continuidad y unidad interna de sus
obras. Incluso según algunos detractores el “Sistema Social” supone una ruptura
en la línea de pensamiento, percibiéndose dos esquemas de acción diferentes,
tanto en sus premisas fundamentales cuanto en las perspectivas motivacionales,
además del tipo de datos abarcativos, hipótesis que subsumen, carácter y
alcance de la teoría sustentiva de inspiración.
El
cúmulo de argumentaciones alienta esta dualidad parsoniana, que tiene punto de
inflexión en un antes y un después de “Sistema Social”, señalando el abandono
del esquema voluntarista de la acción y
una poco fiable adopción del modelo freudiano, dando más importancia a la
estructura que a la acción.
Desde
otro ángulo se resalta la básica unidad a lo largo del tiempo, afirmando
conceptualidad y argumentabilidad aportando desarrollo de ideas implícitas en
los puntos fundamentales, dando entonces cierta coherencia interna a pesar de
defectos que posee su obra.
A
modo de diferenciación podemos profundizar la polémica y afirmar que no existe
una única lectura tanto de Parsons como de ningún otro autor, máxime con una
obra tan amplia, llegando incluso a aportar un intento de integración con un
enfoque solo de una visión de la realidad desde un sitio de observación ubicado
en la acción social y estructura social. O sea conciliar en un único esquema la
micro y macrosociología. Esto nos provocará una catarata de discusiones dado
que muchos analistas las consideran mutuamente excluyentes, con enfoques de
negación una con la otra, pero si se pretende enlazar, tender un puente entre
ambas orillas, poniendo de relieve su continuidad básica, observando el camino
seguido.
A
todo esto, al estudiar su peculiar concepción de la naturaleza del análisis
teórico, teniendo en cuenta la coherencia lógica, aludiendo a la organización,
ínter relación, mutuo contexto de los conceptos y las relaciones epistémicas
referidas a las conexiones entre el nivel de los conceptos, proporciones
abstractas y fenómenos empíricos encontramos un contraste neto con una
concepción lógica experimental, poniendo énfasis en el aspecto sistémico de
coherencia interna, enviando a segundo plano los aspectos epistémicos.
Es
decir que sugiere, como estrategia para captar la realidad, concentrarse en
aspectos sistémicos de las categorías analíticas, dejando en plano secundario
la operativización y contrastación empírica.
Este
“realismo analítico”, que lo seguirá de por vida, se ve fuertemente
influenciado por su formación científica como biólogo aunque nutrida por cursos
de economía, literatura, filosofía, en síntesis una educación heterodoxa, pero
con un marcado sesgo a las ciencias naturales que lo llevó a realizar esquemas
clasificatorios reflejando sistemática y ordenadamente la realidad mediante
hipótesis causales experimentales verificables; a lo que podemos decir que el
significado de teoría está más cerca de la clasificación que de la explicación
causal.
Esta
tendencia se ve sustancialmente reforzada por Whitehead en “Sience and the Modern
World” (1926), donde afirma que “la armonía razonable de lo que es” se ve
sostenida por el orden de la razón encontrando la contrapartida en el orden de
la naturaleza. Por lo que cuanto más coherente sea la teoría tanto mayor es su
posibilidad de de reflejar acertadamente la estructura del universo.
Consecuentemente
con esto afirma, que la mayor preocupación de un científico es “la ordenación
metodológica del conocimiento de forma que se consiga una coherencia
sistemática” (Schwanemberg, 1970-71:573), teniendo el debido cuidado de no caer
en la tentación de someter a prematura contrastación empírica sobre esquemas
analíticos.
Dicha
resistencia a ceder provoca la
distinción básica entre lo concreto y lo analítico, teniendo en cuenta que este
último resulta ser la realidad tal y como la analiza el científico, lo que le
otorga un grado superior de realidad.
Así
se atribuye a un orden superior a las categorías analíticas utilizadas para la
aprehensión del mundo, es decir de una entidad propia a la teoría y la hace
independiente de funciones heurísticas. Luego de constituir la realidad
analítica en la realidad de trabajo del científico, armónicamente se aplicará a
la realidad empírica.
Parsons
entiende a la actividad teórica como reproducción, en el ámbito analítico, de
la realidad social; con la meta de elaborar un aprendizaje completo en lo
conceptual que sea capaz de reflejar la realidad en forma sistemática, antes
que elaborar teorías explicativas directas sobre esta. Para ello ha ido
formando un programa para la construcción de teorías, o, aportando una serie
temporal e histórica de contribuciones para desarrollar determinados sistemas.
En
“The Structure of Social Action” (1937) deja ver su voluntarismo sociológico,
donde analiza a Durkheim, Weber, Pareto y Marshall; utilizándolos para
desmenuzar las relaciones entre el individuo y la sociedad; intentando
conceptualizar como existe la sociedad y que la hace posible y como conciliar a
los distintos individuos miembros, partiendo del positivismo y del idealismo.
Logra
demostrar el error intelectual del positivismo al negar la independencia de
valores y del idealismo al negar la importancia de las condiciones ambientales.
Resulta
sorprendente que, a pesar de las grandes diferencias de estos cuatro pensadores,
presenten premisas básicas en común, tal el caso de superación de las aporías
del individualismo y el idealismo por medio de esquemas explicativos que llevan
a Parsons a definir estas similitudes de “convergencias” lo que le trajo más de
una crítica, burla y dolor de cabeza.
Fiel
a su visión particular, lo lleva a concluir, que teorías correctamente
elaboradas en forma coherente y sistemática poseen forzosamente puntos de
coincidencia y todas han de reflejar la realidad, acercándose a una concepción
unificada; que hace fácilmente pensable elaborar un método explicativo mínimo,
que sirva como referencia o común denominador para superar la barrera casi
infranqueable del problema hobesiano del orden.
Desde
su estrategia analítica, Parsons, concibe al actor social como un individuo
atrapado por su herencia y entorno y en medida mínima racional, libre y
calculador. Así podemos decir que está condicionado por su entorno físico y
cultural además del componente biológico con cierto margen de autonomía
decisoria. Es aquí donde afirma, que la mínima expresión del tejido no es el
actor sino sus acciones, denominado por Parsons acto-unidad.
Este
acto-unidad consta de un actor social, perseguidor de los fines que posee los
medios para alcanzarlos en medio de diferentes condiciones, tal el caso de la
herencia biológica, limitaciones ecológicas, etc., siendo el mismo regido por
normas, ideas y valores.
Se
puede señalar cierto grado de componente de “interaccionismo simbólico” en la
concepción que la estructura teórica es inseparable de su origen; ese lazo de
acto-unidad entre los enfoques macro y micro sociológicos es definido por un
significado colectivo y observable como conducta, esto cobra sentido al
apreciar que este acto actúa como bisagra articulada para compatibilizar los
enfoques institucionales y sub-institucionales; dejando en claro que el
voluntarismo parsoniano no se mimetiza con el libre albedrío, sino que es el
hombre el encargado de dar el impulso.
Vemos
que para la óptica parsoniana, el actor social es una equilibrada sumatoria del
hombre racional, libre y calculador, con el hombre producto de su carga
hereditaria y su entorno; esto hace una delicada relación entre la
individualidad y el condicionamiento; la racionalidad con la
irracionalidad.
Es
en la incidencia la decisión del actor, de sus características psicológicas,
factores culturales y de las “cauciones situacionales” es explicado el esquema
del acto-unidad; considerando que el actor no se encuentra en el vacío, sino
que en realidad está rodeado por una pluralidad de individuos con diferentes
criterios motivacionales con diferente entorno cultural y sustrato biológico.
Esto obliga a reconocer además de la incidencia de psicología-cultura-organismo
a la interacción de otros actores entrando a tallar las diferentes posiciones y
esto conduce a una modelación de la conducta. En otras palabras, la acción debe
ser concebida desde una posición social, lo que conduce a concluir que la
conducta social está estrechamente ligada y modelada por la estructura social.
El
agregado que algunos componentes del sistema puede serlo del sistema social,
así podemos afirmar que un sistema social no es algo concreto sino un método
para establecer relaciones entre componentes con rasgos descriptivos de la
realidad. O sea, es una concepción meramente analítica.
Consecuentemente
con lo antedicho, podemos afirmar que la psicología se aboca al estudio del
sistema de la personalidad, la biología a lo orgánico, la antropología al
sistema cultural y la sociología al sistema social, con exclusividad la
sociología será “la estructura de las pautas institucionales que definen los
roles desempeñados por los actores” (Parsons, 1945:231).
La
carga de acciones complejas del total de factores dirige al sociólogo a
concentrarse en algunos de ellos sin perder de vista a los otros; así en el
esquema del acto-unidad el sociólogo hará el intento la acción sumando todos
los factores intervinientes, por lo que su carril de pensamiento analizará en
forma dicotómica al sistema global de la acción y a su sub-sistema social.
Dichos sistema social es a su visión un conjunto de roles institucionalizados
que aparecen como resultado de la acción de los individuos que controlan y
analizan dicha acción concibiendo las instituciones como procesos
cristalizados.
Esta
suerte de paradoja llevó a Turner (1974:35) a definir los pasos de este
proceso:
1 Sectores que entraron en situaciones en
las que deben interactuar.
2) La orientación de los actores se refleja en
su estructura de necesidades biológicas, psicológicas
y culturales.
3) A través de la interacción toman roles de
negociación e intercambio.
4) Emergen normas que adecuan recíprocamente
las orientaciones de los actores regidos
por las pautas culturales.
5) De esta manera, regulando la acción
subsiguiente y estabilizándolas, las pautas institucionalizadas
son creadas, mantenidas y alteradas.
Según
la opinión de Toby (1972:395) el
mantenimiento de un sistema social debe contar con “una suficiente proporción
de sus actores componentes adecuados, motivados a actuar de acuerdo con los
requerimientos de su sistema de roles”; concordando con lo dicho por Parsons (1951:27)
y evitando adherirse con factores culturales que fracasan al definir un orden o
hacen peticiones imposibles a los individuos provocando desviaciones y
conflictos. Por lo que para subsistir un sistema social necesita de coherencia
de su estructura con los sistemas de personalidad y cultura; lográndose esta
integración mediante la socialización y el control social. Entendiéndose por
socialización a la internalizaciòn de los actores en su sistema de personalidad
y pautas culturales encarnadas en el sistema social.
Un
sistema social que quiera subsistir en los términos estructurados debe contar
con medios para controlar tensiones y desviaciones, o sea, mecanismos
integradores de control social. Estos pueden ser de distintos tipos, como ser:
sanciones interpersonales, actividades rituales, instituciones que obren como
válvula de escape, de reintegración y agencias de control social capaces de
recurrir a la fuerza y coerción.
No
debe entenderse esto, como que Parsons esta diciendo, que los términos para la
estabilidad e integración entre sistemas sociales están establecido; sino que
en términos analíticos reuniendo una serie de condiciones es más sencillo
lograr el equilibrio y la estabilidad tan deseada.
Sobre
la base de lo definido por Turner (1974:36), en la que diseña para el análisis
de sistemas sociales de acción, aplicables a sistemas culturales y de
personalidad; fijando para el caso variables-pautas (Parsons
1951:48,76,98,183,189) :
a) Afectividad / Neutralidad afectiva:
aludiendo, en una determinada situación, al grado emoción adecuada.
b) Difusividad / Especificidad : en este caso
interesa el alcance de las obligaciones en una situación de interacción.
c) Universalismo / Particularismo: en caso de
evaluar y juzgar, cuales son los criterios a adoptar.
d) Logro / Adscripción: describe
la manera del trato a los demás.
e) Auto Orientación / Orientación a la
colectividad: alude a la orientación hacia los propios intereses o hacia los de
la colectividad.
No
debemos considerar a estas variables como dicotómicas puras, sino como procesos
continuos en la toma de decisiones de los actores, constituyéndose así en
eslabones que acoplan las propiedades sistémicas de la estructura social con
cierto margen de decisión impulsado por la teoría parsoniana en la concepción
voluntarista.
En
un análisis continuo podemos interpretar que la articulación del sistema social
constituye una re elaboración del esquema de interposición, explicitando puntos
que se encuentran latentes; precisándose que todo sistema social para mantenerse debe cumplir
con requisitos pre establecidos que son denominados: adaptación, consecución de
fines, integración y latencia.
Para
no encontrarse en situación de extinción, se debe lograr una adaptación al
entorno, esto es, si la estructura de una sociedad no se adapta a las
condiciones situacionales debe considerar dos alternativas: re estructuración o
extinción.
Un
paso más adelante, el sistema social
debe establecer un conjunto de objetivos o metas colectivas, tanto como
un orden; de no ser así conseguiría una yuxtaposición, es decir, anteponer las
metas individuales a las colectivas, dejando entonces la ausencia de lazos en
un grupo estructurado (Parsons, 1953).
A
esto debemos sumar que dicho sistema social debe socializar normas que actúen
sobre los miembros que se incorporen;
contando con instituciones socializadoras para evitar que los miembros
originales marquen la duración.
Para
finalizar, todo sistema social para poder subsistir inalterado, debe contar con
instituciones que digieran conflictos que pudieran surgir, evitando el
desmembramiento causado por estas tensiones (Parsons, 1961).
Considerando
en términos analíticos y la sumatoria de datos adquiridos, siempre aplicando un
esquema parsoniano, podemos definir dos situaciones extremas:
Sistema social estable y ordenado
Adaptado a su entorno ecológico.
Coordinado y estructurado en lo que a fines y
objetivos se refiere.
Pautas valorativas transmitidas con exactitud
a los demás actores.
Consecuentemente a todo esto, al encontrarse
los mecanismos perfectamente coordinados, las
instituciones destinadas a resolver conflictos
apenas intervienen, maximizando así su actividad.
Sistema social en anomia
Adaptación mínima o nula.
Escasa coordinación, con pluralismo extremo y
profunda fragmentación.
Falta de funcionalidad de los mecanismos de
socialización.
Mecanismos de solución de
problemas sin coordinación o
desbordados, sin posibilidad de
ser efectivos.
Podremos
observar con detenimiento que entre ambos polos extremos, vale destacar que son
ficticios e irreales, una variación de menor a mayor conflictividad y que en su
extensión se ubican las sociedades históricas concretas. Parafraseando a
nuestros abuelos, encontraremos entre lo
blanco y lo negro la zona de los grises que son indicativos en todos los ámbitos
de la vida.
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