PARSONS


Talcot Parsons
Vamos a discutir en el marco en el marco de la controversia entre los enfoques subjetivistas y los objetivistas (el punto de vista de la acción vs. el punto de vista del sistema) para analizar los problemas sociales, la obra de Parsons. Parsons fue quien por primera vez entiende que la teoría sociológica estaba atravesada por estas perspectivas. Reconoce que el problema es lograr una integración entre ambos enfoques. Hacia la década del 30´ reconoce que falta en la teoría sociológica un lenguaje común, un cierto orden teórico que permita la fluida comunicación entre los distintos enfoques. Es el primer teórico que diagnostica el problema de la diversidad irreducible de enfoques sociológicos. Y a la vez, es el primer autor que intentó resolver este problema. Parsons intentó construir una teoría general, integradora, es decir poder generar una teoría tan general, tan abstracta, tan amplia, tan comprensiva que permita articular las principales hipótesis y los principales conceptos de las diversas corrientes en pugna, objetivismo y subjetivismo. Esta teoría la llamo “teoría general de la acción”. Era una especie de lenguaje general para la teoría sociológica. Buscó una teoría general de la sociedad. Una teoría sociológica no es una teoría de la sociedad. Una teoría de este tipo busca pensar la sociedad como una totalidad, es decir busca formular y explicitar la relación de cada una de sus partes y dimensiones. Existen teorías sociológicas del Estado, la política, la cultura, etc. Pero hay muy pocas que busquen relacionar la política, la economía, la cultura, la subjetividad, la familia, la ciencia, la religión, etc., es decir que busque relacionar las complejas dimensiones que forman lo social como totalidad. Parsons piensa la interdependencia y la interpenetración de estos niveles de lo social. Hay que tener en cuenta que toda la teoría que surgió a partir de los 70’ lo hizo con la intención de criticar a Parsons; la teoría sociológica moderna es post parsoniana. Lo que fue abandonado a partir de los 70’ fue la ambición de construir una teoría de la sociedad. Se abandonó el proyecto de pensar la totalidad social. Teoría de la sociedad es lo que hicieron en el siglo XIX Hegel (en filosofía del derecho) y Marx. Parsons es recordado como el padre del estructural-funcionalismo, pero es importante saber que este es tan solo uno más de los tantos intentos de formular una teoría de la sociedad a lo largo de su carrera intelectual, no es el único, no es el más elaborado, y probablemente no sea el más importante. Lo que hizo tan famoso este modelo es que por primera vez en la historia de la sociología las comunidades de sociólogos de los más diversos países podían entenderse, es decir hablaban un lenguaje común. Este es el modelo que se institucionalizó en las universidades. No hay un Parsons, hay varios. El problema que tuvo Parsons en su intento de construir una teoría unitaria es que, en todos sus modelos, no pudo dejar de identificarse con una de las posturas sociológicas que el decía querer superar, la teoría de la acción y la teoría de sistemas.
Cuál es el objeto de estudio de Parsons a lo largo de sus distintas formulaciones teóricas. Su gran obsesión es poder comprender y explicar que es la acción. Al principio, en sus dos primeros modelos, es la acción social, más tarde, en sus dos últimos modelos, es la acción a secas, acción que incluía tanto la de los actores como le comportamiento  de los animales. En 1937 escribe “la estructura de la acción social”. Busca explicar cuál es la estructura de la acción, cuál es su esqueleto. Claramente se podría decir que Parsons se inscribe en las corrientes subjetivistas, individualistas, sin embargo si por su objeto de estudio, Parsons es un teórico de la acción, por el marco teórico que elige para estudiarlo es un teórico de sistemas. El marco teórico que elige para estudiar la acción social es la teoría de sistemas.
En su primer modelo Parsons desarrolla lo que el denominó “teoría voluntarista de la acción”. Y esta está fuertemente influida por la concepción weberiana de la acción. De hecho, cuando analiza los elementos que componen la acción social lo hace de la misma manera que ya lo había hecho Weber. En esta teoría se propone desarrollar lo que el llama “el marco de referencia de la acción”, es decir un conjunto de categorías, un conjunto de conceptos y un conjunto de hipótesis que sirven para explicar la acción. Entre estos conceptos hay uno que es básico, el “acto unidad” (sería mejor llamarlo unidad de acción o acción unitaria). Es el concepto central. El acto unidad es la acción weberiana. Ahora, cómo razonó Parsons para llegar hasta él. Dice, lo que el sociólogo quiere entender y explicar es la sociedad. ¿Qué es la sociedad?. Para los teóricos sociales del siglo XIX, la sociedad es una totalidad. Es algo que remite a una totalidad, una totalidad de fenómenos institucionales, normativos, sociales interrelacionados entre si. A partir de Weber aparece una nueva respuesta a la cuestión del objeto de estudio de la sociología, se cambia su objeto de estudio. Weber dirá que la sociología estudia la acción social y que la sociedad no es más que un conjunto de acciones sociales, de relaciones sociales interrelacionados entre si. Aquí están expresados los dos paradigmas, la sociedad vs. la acción social. Para ambos la sociedad es una totalidad de fenómenos sociales interrelacionados entre si, y esto es más o menos lo mismo que decir que la sociedad es un sistema (es un conjunto de elementos relacionados de una determinada manera, interdependientes, que pueden ser considerados como una totalidad, una unidad). Para Parsons, como decíamos, el objeto de estudio es la sociedad. Parecería que Parsons toma partido por un enfoque objetivista, holista, pero inmediatamente aclara que sin embargo la sociedad es una totalidad muy compleja y que no se puede estudiar así como es, en su tremenda e infinita complejidad, porque es inabordable. Hay que intentar descomponerla en elementos, en partes que si puedan ser entendidas por el pensamiento. La realidad concreta es compleja porque está todo mezclado, lo cultural, lo económico, lo político, lo personal, lo subjetivo, lo religioso, lo moral, etc. Esta voluntad de separar en partes lo social recuerda a las reglas del método sociológico de Durkheim que nos incita a abordar los problemas sociales desde sus partes más elementales, más simples. Parsons dice que la sociedad es muy compleja pero que tiene cierto orden (yo como sociólogo tengo que partir de que en la sociedad hay un cierto orden, sino no se la puede estudiar, sobre el caos no se puede saber nada), porque la sociedad es un “sistema”, es decir es una “totalidad ordenada”. Parsons va a descomponer el sistema sociedad en subsistemas, los cuales también considera demasiado complejos y también vuelve a dividir en subsistemas; este es el procedimiento de Parsons. ¿A dónde llega descomponiendo la sociedad en sus partes componentes?; dice, voy a llegar en algún momento a un subsistema que sea tan elemental que si lo vuelvo a descomponer esas partes que quedan y que lo componen ya no son sociales, es decir se pierde la cualidad característica de lo que yo estudio. O sea, queda disuelto en elementos que son individuales, físicos, químicos, etc. Lo que Parsons buscaba es el sistema elemental, el más básico, lo primario, la molécula de lo social. Y aquí está lo interesante de este proceso ya que comenzó descomponiendo una totalidad y se va a encontrar con que el “sistema social elemental” es una acción. La sociedad está hecha de acciones. Parsons realizó un “pase de manos” interesantísimo, por la sencilla razón de que transformó a Durkheim en Weber. En fin, este sistema social elemental al que se llega descomponiendo la totalidad social se llama “acto unidad”. Cuando descompone el acto unidad (de manera durkhemiana) en sus partes aparece el esquema de Weber; toda acción se compone de un actor en situación. ¿Cuáles son los componentes de la acción weberianamente hablando?. Son dos; toda acción tiene un componente subjetivo (el actor) y un componente objetivo (la situación). La situación se descompone en aquello que el actor no puede cambiar, las “condiciones de la acción”, lo que le está dado, lo que lo condiciona en su accionar de una determinada manera, y en aquello que el actor si puede cambiar y usar para realizar la acción, los medios. Condiciones y medios son el componente objetivo de toda acción. ¿Y el actor que pone de su parte en la acción?. Fundamentalmente los fines, los fines son subjetivos. Como se ve en todo esto Parsons está repitiendo a Weber. ¿Cómo selecciona los fines el actor?. Selecciona fines según valores, los valores son una regla para seleccionar fines. Los fines son el principio de toda acción. Los valores que atraviesan al actor le habilitan a la vez que le prohíben la persecución de determinados fines. Este análisis es weberiana, pero  Parsons agrega algo más que no estaba contemplado en Weber. Como dijimos el componente subjetivo de la acción esta formado por los fines del actor, por los valores del actor, pero también por normas. ¿Quién es el gran teórico de las normas?, Durkheim. Ahora, Durkheim no dice que las normas son del actor, no las inventa el actor, no las obedece cuando le conviene y cuando no le conviene las desobedece. Las normas vienen de otro lado, de la sociedad. Al actor las normas le vienen de afuera, de la comunidad moral de la cual el actor forma parte. Y diría Durkheim, si hay normas en el actor no es porque el las creó sino porque las ha internalizado a través de un proceso de socialización, las hizo parte de su subjetividad, de su personalidad. Entonces lo que hace Parsons es ubicar a las normas como ya internalizadas por el actor, como algo que orienta el comportamiento del actor porque están dentro de el. Al incorporar al actor las normas como ya internalizadas Parsons considera que ha logrado reconciliar la teoría de Durkheim con la teoría de Weber, el objetivismo con el subjetivismo, la teoría de la sociedad con la teoría de la acción. A este esquema integrador lo llama “teoría voluntarista de la acción”. La particularidad es que este esquema es claramente weberiano, por lo tanto claramente subjetivista. Por lo tanto no ha superado la separación entre objetivismo y subjetivismo, o mejor dicho, si la ha superado lo hizo a favor de Weber.
Parsons piensa que este esquema que el construyó está muy bien para pensar ciertas cosas, pero hay ciertas otras para las cuales no funciona correctamente, en especial los fenómenos que el denominó como “emergentes”. Estos son fenómenos que tienen tal magnitud que son definitivamente macrosociales, tienen tal magnitud que no pueden ser explicados por la subjetividad o la voluntad de un individuo o de un grupo de individuos, que incluso parecen funcionar al margen de la voluntad de los mismos. Ejemplifica pensando en ciertos fenómenos culturales como el lenguaje, el mercado, etc. Por esta razón es que Parsons formula su segundo modelo teórico.
El primer modelo teórico de Parsons es fuertemente weberiano, el modelo siguiente, por el contrario, es fuertemente durkhemiano.
El segundo modelo (corrimiento hacia la teoría de sistemas): este modelo fue tan famoso en su momento como la posterior teoría estructural-funcionalista, y se lo conoce como “modelo tri-sistémico”. Entran por primera vez como categorías analíticas los sistemas. Estas ideas están condensadas en los libros “el sistema social” y “hacia una teoría general de la acción” (1951 los dos). Si para el año 1937 el gran problema de Parsons era cómo articular los diferentes enfoques existentes en sociología, en el año 1951 el proyecto es mucho más ambicioso aún. A Parsons en este período le preocupa el problema de la falta de comunicación entre las distintas ciencias sociales, piensa que tiene que haber una forma de construir una “teoría general de la acción” que pueda aprovechar, que pueda formular de un modo tan básico las principales hipótesis, hipótesis que tienen que ser comunes porque en el fondo todos los cientistas sociales están estudiando lo mismo (al hombre), o sea, crear un sistema de categorías, de conceptos y de hipótesis fundamentales que puedan servir y ser reconocidas por un sociólogo, por un economista, por un psicoanalista, por un antropólogo, etc. Si llegara a ser posible, esta teoría sería extremadamente abstracta porque tiene que plantear conceptos y hipótesis comunes a todos ellos con la enorme variedad que hay. Es una misión gigantesca, está tratando de crear un “lenguaje común” para todas las ciencias humanas. Ahora, incluso en esta época Parsons sigue creyendo que su objeto de estudio fundamental es la acción, “el acto unidad” como lo llama el. También cree que este conjunto de concepto y de hipótesis generales siguen siendo el “marco de referencia de la acción”, pero lo va a formular de otra manera. En 1937, la época del modelo “voluntarista”, la sociedad se explicaba por la acción; la variable independiente era la acción, la variable dependiente era la sociedad, o los distintos sistemas sociales. Cuando llegamos a la acción termina la explicación causal. En el modelo del 51’ esto se invierte, lo que hay que explicar ahora es la acción. La acción en el modelo anterior era una especie de átomo, era lo que era indescomponible, lo básico y elemental. En el modelo de 1951 Parsons va a decir que la acción puede ser descompuesta, que la acción es un sistema (esto lo dijo en una clase según Luhman), por lo tanto tiene partes. Aquí comienza el viraje que llevará a explicar la acción en términos sistémicos. La acción es un sistema, es decir que tiene un orden interno, tiene partes y relaciones entre las partes, hay que explicar esto. La acción no es algo simple y tampoco es lo que explica todo, es lo que debe ser explicado. La acción es un resultado, no es una causa, es un efecto. Es un resultado del cruce, de la articulación de distintos componentes que tienen su propia lógica y que cuando se cruzan dan lugar a una acción. A estos elementos los llama “sistemas”. Entonces, la acción es el resultado de la interacción de 3 sistemas, 3 órdenes, 3 lógicas, 3 dimensiones que al cruzarse y al articularse generan una acción. Estos sistemas son el de la “cultura”, el de la “personalidad” y el de la “sociedad”. La acción es el entrecruce de 3 factores: “factores simbólicos”, “factores subjetivos” y “factores normativos”. La acción es la acción de una persona, de un “sujeto”, que tiene “motivaciones”, que tiene “necesidades”, que tiene “intereses”, que tiene “deseos”. Hay un componente “subjetivo” en toda acción, pero no se agota en este componente, porque un individuo, es decir un “sistema de la personalidad”, es decir una persona puede tener en un determinado momento una multitud de “orientaciones de acción” , de “motivos” para actuar de muy diversos modos y, sin embargo, ninguna persona hace en ese momento todo lo que desea hacer. Es cierto, una acción está sostenida en la “subjetividad” del individuo, en su personalidad, en su “estructura motivacional” pero no se agota en ello; hay algo que selecciona y actualiza determinadas “orientaciones de acción”. Yo como profesor de sistemática puedo tener muchas orientaciones de acción en este momento, muchos deseos, pero en la clase de sociología sistemática solo puedo actualizar una o alguna de ellas, dar clases sobre Parsons. No corresponde que haga cualquier otra cosa. Yo podría tener en este momento ganas de pararme en el escritorio y ponerme a bailar, pero no lo voy a hacer porque no puedo hacerlo, porque no corresponde; ¿porqué?. Por que mi acción no se sostiene, no se actualiza, no se activa únicamente en mi subjetividad, en mis deseos, en mis motivos, en mis “orientaciones de acción”, sino también en un “orden normativo” que está vigente en esta “situación”. En este lugar en el que estamos nosotros no hay solamente 100 alumnos, cuatro paredes, un pizarrón y un profesor, también aquí hay un conjunto de normas que están vigentes y que ordenan nuestro comportamiento y, sobre todo, nuestro “comportamiento recíproco”. Todos ustedes también tienen un conjunto de orientaciones de acción que no pueden actualizar en este momento excepto aquellas que se adecuen al “contexto normativo de la situación”. Mi acción está sostenida en mi subjetividad pero también en un contexto social, en un sistema social, en un “sistema de roles”, en un “sistema de reglas”, en un “sistema de instituciones” que están vigentes en este momento aquí, y que no están vigentes en el pasillo, por ejemplo. Por lo tanto en el pasillo puedo hacer ciertas cosas que aquí no puedo hacer y, en el pasillo, no puedo hacer ciertas cosas que aquí si puedo hacer. Pero, aún así hay que decir que para que tenga “sentido” para todos nosotros esta clase de sociología, a esta hora y en este lugar; dar una clase de sociología, que eso sea válido, que sea legítimo y que en este lugar corresponde hacer eso y no otra cosa, cualquiera que sea, tiene que intervenir otro factor más. Tiene que intervenir algo que valide nuestras “expectativas mutuas”, algo que haga que sea comprensible para nosotros lo que estamos haciendo en este aula, algo que “sostiene” mi subjetividad y el orden normativo vigente aquí, es decir un sistema ordenado y articulado de “símbolos”, de “pautas culturales significativas”, es lo que da sentido a las reglas que cumplimos y a las orientaciones de acción que cada uno de nosotros tiene. El “sentido” que es la base de todo esto proviene del “sistema cultural”. Cada vez que actuamos se dan la mano estas 3 dimensiones. Sin esto no hay acción. La acción es un sistema resultante de la articulación del “sistema de la personalidad”, el “sistema cultural” y el “sistema social”. Parsons pretende desarrollar el funcionamiento, la lógica propia de cada una de estas 3 dimensiones. Este es el núcleo del argumento del modelo trisistémico.
Entonces, ¿en qué consiste el análisis de cada uno de estos 3 sistemas y sobre todo, cómo surge una acción para Parsons?. Bien, los sistemas de la personalidad concretos, empíricos, somos cada uno de nosotros. Sus componentes son los motivos, es decir que los sistemas de la personalidad son “sistemas de motivos”, “sistemas motivacionales” o también sistemas compuestos de orientaciones de acción. Un motivo es una orientación de acción. Cada sistema tiene una estructura, los sistemas de la personalidad tienen una “estructura motivacional” es decir un conjunto de “orientaciones de acción”. Y lo que tiene en común las conceptos de estructura y sistema, aunque también tienen mucho en que divergen, es que en los dos casos está implicada la idea de orden. Si yo digo que soy una estructura motivacional no estoy diciendo que soy una “bolsa de motivos”, sino que mis motivos están ordenados de una determinada manera, la cuestión es qué ordenó a mis motivos, qué es lo que sostienen mi estructura motivacional, porque, por ejemplo, un bebé es lo más parecido a una bolsa de motivos, de orientaciones de acción completamente discordinadas, desordenadas; no podríamos decir que un bebé tiene “personalidad”. Ahora, podemos decir que este bebé va estructurando su personalidad y adquiriendo una personalidad a medida que vamos reconociendo un cierto orden en su estructura motivacional, es decir en su comportamiento. ¿Qué es lo que hace que ese bebé adquiera y desarrolle una estructura motivacional?. Con respecto a los sistemas sociales están compuestos de interacciones o de relaciones sociales o de instituciones sociales (relaciones sociales estabilizadas y reglamentadas). Ahora, si descomponemos a una institución cualquiera en sus partes hasta llegar a la parte más elemental podemos decir que una institución es un conjunto de “roles”. Entonces, como los “sistemas sociales” están compuestos de instituciones, podemos decir que en última instancia también están compuestos de “roles”, son “sistemas de roles”, de “papeles” que se sostienen en “expectativas recíprocas”, hay “expectativas de rol”. Pero los sistemas sociales no están compuestos de personas, de individuos. Las personas, los individuos, para Parsons y en general para toda la teoría sistémica, forman parte del “ambiente”, del “entorno”, es decir del “afuera” del sistema social. Las personas, los individuos, se encuentran en otro sistema, el sistema de la personalidad. En los sistemas sociales hay roles no personas. Lo que importa estudiar en los “sistemas sociales” son las formas de las interacciones de la relación. Para un profesor que hace 15 cuatrimestres que viene explicando en una clase a Parsons y que sabe que cuatrimestre tras cuatrimestre la historia es la misma, es decir que su clase estará siempre compuesta por un profesor (el) y los alumnos no le importa quién este delante de él en la clase, siempre habrá alumnos, sean quienes sean. No importa quiénes encarnen ese rol (el de estudiante o profesor), lo importante es que ese rol, o esos roles, siempre estarán presente en esa situación social (o sistema social) particular llamado clase de sociología. La estructura social es siempre la misma. Los sistemas sociales no dependen de las personas, no se sostienen en personas, se sostiene en roles. Ahora, hay una lógica, una reglamentación en el sistema social “clase de sociología” que es diferente a la lógica del sistema social “cena en familia”, que es distinto del sistema social “cola del cine”, que es distinto del sistema social “trabajo en oficina”, etc. Cada uno de estos es un sistema social completamente reglamentado que se sostiene en un sistema de reglas, de normas, de roles, de expectativas mutuas. No existe un ámbito social no reglamentado. Pero la relación social “trabajo en oficina” es distinta a la relación social “café con amigos en un bar”. Parsons está haciendo un recorte de objetos específicos, es decir qué corresponde a cada sistema, después verá cómo se relacionan estos objetos. Pero partiendo de la base de que esa relación no es transparente, no es simple, no es inmediata, sino que es completamente problemática. Se están superponiendo múltiples lógicas, y cada una va por su lado; la relación entre estos 3 sistemas no es de una continuidad simple y natural, es compleja y problemática. La relación entre individuo y sociedad es problemática y, sin embargo, tienen que articularse de alguna manera. En los “sistemas culturales”, no hay ningún elemento que pertenezca al orden de lo empírico ni de lo concreto, hay cosas “abstractas”. En el sistema cultural hay “ideas”, “representaciones”, “símbolos”. El sistema cultural es un “sistema simbólico”, es decir que está compuesto por un conjunto articulados y ordenados de símbolos; “patrones culturales” y “pautas culturales” los llama Parsons. Estos “patrones culturales” responden a las distintas orientaciones subjetivas de las personas. Hay distintos tipos de patrones culturales. Los “patrones culturales cognitivos”, los cuales proceden del aprendizaje de los individuos y que nos permiten saber e interpretar el mundo; ejemplo: la ciencia, la filosofía, las mitologías, la religión, etc. Los “patrones culturales expresivos” más primarios son los lenguajes naturales que permiten la expresión y la comunicación. También dentro de estos se encuentran los “criterios estéticos” acerca de lo bello y lo feo, juzgan en términos de belleza. Los “patrones culturales evaluativos” son fundamentalmente las normas y valores que nos permiten juzgar el comportamiento de las personas según dos criterios: lo bueno y lo malo.
El modelo trisistémico de Parsons se caracteriza por 2 grandes argumentos. El 1ro es que la acción es el resultado de la articulación de 3 sistemas (en el modelo del último Parsons serán 4) pero no tienen todos la misma importancia, la misma jerarquía a la hora de dar cuenta de la acción. De los 3, un sistema predomina sobre los demás, el sistema cultural. Aquí Parsons, claramente se hace heredero de la corriente sociológica durkhemiana-weberiana que pone énfasis en el sentido, los valores, la racionalidad. La importancia y la jerarquía del sistema cultural sobre los otros radica en que el orden social se sostiene, según Parsons y en contraste con Marx, en la estructura simbólica social. Parsons cree que el orden social se sostienen en un consenso normativo y valorativo. ¿Porqué es tan importante la cultura?; ¿qué es el orden simbólico para la sociología y para la antropología?; ¿qué es lo que sin cultura no existiría?. Lo que no existiría es el “sentido”. Las pautas culturales dan sentido, permiten al ser humano entender, interpretar. El ser humano, por su constitución antropológica y dado que en él han retrocedido los instintos genéticamente pautados, no podría sobrevivir en el mundo sin crear en torno a sí un mundo significativo. Por su constitución antropológica, el ser humano puede vivir en el mundo si lo que sucede en torno a el tiene sentido, es decir si puede interpretarlo en términos de verdad-falsedad; justicia-injusticia; bondad-maldad. Y estas valoraciones no son propiedades objetivas del mundo. La naturaleza carece de sentido. El sentido es importante para el ser humano porque es lo que ordena nuestras interpretaciones, nos permite entender lo que pasa. El sentido ordena la práctica y la experiencia de los seres humanos. En el sistema cultural están contenidos los “criterios de sentido”, las “pautas de orden”, y es por ello que Parsons les adjudica jerarquía superior. Este sistema es el que ordena la relación entre todos los demás sistemas. El hecho de que los criterios de sentido del sistema cultural se “infiltren” en los otros 2 sistemas (el social y el de la personalidad) es lo que posibilita que estos tengan un cierto orden interno, porque lo que ordena es el sentido, es la cultura. Por ejemplo: (pensando en el bebé) la cultura al incorporarse, mediante los mecanismos de socialización, al individuo ordena su subjetividad y constituye su personalidad. En el sistema social hay relaciones sociales, hay interrelaciones que  pueden ser extremadamente caóticas si no aprendemos a ordenarlas y pautarlas según ciertas reglas de comportamiento, es decir si no se “institucionalizan” roles y comportamientos. Las normas y valores son componentes del sistema cultural y esto es así porque son ideas, son símbolos, son elementos culturales. Si estas normas y valores se “institucionalizan” pasan a ordenar efectivamente las interacciones, pasan a formar parte de las prácticas reales y concretas dentro del sistema social, sino no. En el sistema cultural hay muchos sistemas de símbolos; hay muchos criterios de justicia, por ejemplo los criterios liberales o individualistas y están los criterios socialistas o universalistas, y nosotros los conocemos, los estudiamos, los compartimos, forman parte de nuestro patrimonio cultural, pero no todos ellos se “actualizan”. Hay algunos de todos estos que se actualizan en la práctica societaria diaria en la sociedad burguesa moderna, otros no. Ahora, cómo se nos podrían ocurrir a nosotros las ideas de liberación y revolución socialista si estas no estuvieran ya contenidas en nuestro patrimonio cultural. Sería impensable. Ahora, la institucionalización implica la operacionalización de estas ideas a un nivel de prácticas e instituciones. Podemos pensar alternativas sociales a las actualizadas porque tenemos sistemas normativos alternativos que están disponibles en nuestro patrimonio cultural. Entonces, una persona que ha internalizado convenientemente en su “estructura motivacional” los sistemas de valores, pautas y normas se podrá ajustar bastante bien en una sociedad que haya internalizado también las mismas pautas culturales, valores y normas en sus instituciones. En este caso, según Parsons, se produciría una especie de ajuste entre subjetividad y orden social. Esta es la utopía parsoniana.  Entonces, porqué hay ciertas personas que se sienten desajustadas, que sufren y se rebelan. Porque la familia y la escuela fallaron en su objetivo, es decir fallaron los mecanismos de socialización; hoy un desajuste en el nivel del individuo con respecto a las expectativas sociales. O porque se hayan institucionalizado ciertas prácticas que responden a ciertas normas y valores que no permiten la plena realización de la subjetividad individual; en el mismo nivel, también porque hayan fallado los mecanismos de asignación de recursos entre los distintos miembros de la sociedad, es decir que hay un problema de distribución de roles, posiciones y recursos. Parsons cree que esto puede generar un mecanismo de subjetividad creativa que modifica las instituciones sociales para adecuarlas a las expectativas individuales. Entonces, los cambios pueden venir por desajustes en cualquiera de estas dos dimensiones.
En los últimos 2 modelos teóricos de Parsons vemos una progresiva radicalización de su postura en sentido de la teoría de los sistemas. En los modelos anteriores el objeto de estudio del análisis parsoniano era la “acción social”; por otro lado el 1er modelo estaba muy influenciado por la sociología de Weber, mientras que el 2do modelo lo estaba por la sociología de Durkheim. A partir de ahora Parsons no solo va a intentar explicar la acción social sino que va a pretender explicar la “acción” en general pero desde una perspectiva definitivamente sistémica. La acción animal se la denomina “conducta”. Aparece un 4to sistema que no estaba contemplado en los modelos anteriores y que va a modificar la estructura de la teoría parsoniana que se vuelve mucho más objetivista que antes. El 3er modelo es el que se podría denominar en términos estrictos “estructural-funcionalista” y fue bautizado por Parsons como “modelo de intercambio sistémico”. También lo llamaba paradigma de las 4 funciones o “esquema A.G.I.L”. Aparece una nueva dimensión a considerar para entender la acción y para la cual la teoría sociológica no tiene nada que aportar. Es por ello que Parsons va a referenciarse no  solamente en la sociología; a partir de ahora va a tomar nociones de la biología. Va a utilizar una noción de sistema proveniente de la biología. El nuevo sistema es el “adaptativo”. Parsons piensa que la acción en general (de hombres y animales) se puede pensar como un comportamiento de seres vivos con el objeto de adaptarse a un “entorno”, a un “ambiente material”. Los seres vivos actúan para resolver problemas de adaptación, de equilibrio, de acomodamiento respecto del ambiente, del contexto, del entorno. Aquí Parsons hace el giro hacia una teoría de los sistemas más dura. El profesor dice que para explicar esto va a desarrollar primeramente el significado del concepto de sistema según diferentes perspectivas.
Sistema: es un concepto que se utiliza de muy diversos modos. Muchas veces se lo confunde con el concepto de estructura pero no son lo mismo. Cuando denominamos “sistema” a algo estudiado queremos significar una determinada relación entre las partes que componen eso que estamos estudiando. Es decir, analizamos eso que estamos estudiando como si fuera una totalidad, una unidad, pero la suponemos compuesta por partes. La idea de sistema implica que existe un cierto “orden” en la relación de las partes de esa unidad. Hay 3 nociones de la idea de sistema. Según la 1ra, hay sistema si hay relación entre partes y cuando esta no es cualquiera, no es contingente, no es arbitraria, ni es casual, sino que es estable, permanente, necesaria, es decir cuando esta relación crea un cierto orden entre esas partes. Sistema es igual a orden relacional, orden que deriva de un tipo determinado de relación. Una noción más elaborada de sistema contempla la relación entre partes pero resalta la relación entre la parte y el todo, es decir incluye la noción de función. Cuando se pregunta en qué contribuye una parte al funcionamiento de la totalidad se está preguntando por su función. La 3ra noción incluye las relaciones entre las partes, incluye también las relaciones entre las partes y el todo, pero entiende que el “todo” se encuentra situado en un “contexto”, es decir en un “ambiente” o “entorno”. Apareció un nuevo elemento, el “afuera” del sistema con el cual este mantiene relaciones. Esta idea fue muy influyente en biología. El sistema tiene que acomodarse en el ambiente que lo contiene, tiene que resolver problemas ambientales, tiene que alcanzar un “equilibrio”, tiene que logra la “homeostasis”. Estos sistemas de los cuales estamos hablando ahora existen, por ejemplo: animales o plantas relacionándose con sus ambientes. Según esta perspectiva no puedo pensar un sistema sin pensar al mismo tiempo en el ambiente que lo contiene y con el cual se relaciona. El problema fundamental es la relación del sistema como unidad con el ambiente porque esta relación es la que implica las otras. La relación predominante es la relación con el ambiente denominada “relación de adaptación”. Es una relación dinámica y activa porque el sistema trata de adaptarse al ambiente controlándolo. El sistema va adaptándose al ambiente modificándolo para adecuarlo a las condiciones de subsistencia que le convienen. Y esta es una operación complejísima en la cual el sistema puede fracasar. Esta última noción de sistema que se refiere a sistemas empíricos, concretos, es la que va a utilizar Parsons en este modelo. De esta concepción de sistema en relación con un ambiente se desprende una idea bastante intuitiva y que Parsons tiene en cuenta. Es la idea de “intercambios sistémicos”, esta es la forma en que el sistema se adapta al ambiente. Es decir el sistema toma “recursos” del ambiente que le sirven para su propio funcionamiento, los metaboliza, los elabora en su propia lógica interna y gracias a esos prospera, crece, extiende su control sobre el ambiente, pero también expulsa residuos hacia el ambiente (inputs y outputs). Esta es la variante más extendida, la clásica, de la noción de sistema, se la denomina “teoría de los sistemas abiertos” al entorno.
Volviendo a Parsons: aparece un nuevo  sistema, el 4to, porque hay un nuevo problema que resolver. Los “sistemas de acción” son sistemas “empíricos”, y todo sistema empírico está situado, está obligado a mantener relaciones con su entorno con su ambiente para seguir existiendo. Los sistemas de acciones ocurren en el espacio y el tiempo, tienen que resolver su “dimensión material” (apareció el polo que Parsons no contemplaba), es decir su adecuación a la situación, como ya lo sabía Weber. Si el actor no puede resolver su componente material, es decir su adecuación al medio se aniquila. La dimensión adaptativa es fundamental. Este es el modelo más funcionalista de Parsons, lo llamaba de las 4 funciones. Parsons siempre quiso descubrir la estructura de la acción, con el modelo AGIL encontró lo que andaba buscando, es decir la estructura de “cualquier” acción. Todo sistema de acción debe cumplir con 4 funciones: (A) o función adaptativa, la acción debe adaptarse a su medio material, estabilizar su relación de inputs y outputs con su entorno, esta es la función biológica por excelencia; (G) o función de logro de metas o realización de fines, esta es la función por excelencia de todo sistema de acción, toda acción se propone alcanzar fines; (I) o función de integración, todo sistema de acción debe mantener la coordinación entre sus distintas partes, tiene que impedir la disolución del sistema, tiene que incorporar los nuevos componentes, tiene que integrar lo que viene del entorno, etc. (después vamos a ver que cada una de estas funciones predomina en un determinado sistema de acción); (L) o función de mantenimiento de pautas latentes o de patrones subyacentes, es decir que el sistema a pesar de los cambios del entorno, que son permanentes y contingentes, y a pesar de los cambios del propio sistema que está obligado a cambiar para adaptarse al entorno , debe seguir siendo el mismo sistema, debe mantener su “identidad”, debe garantizar la estabilidad identitaria.
El sistema que cambia más rápidamente es el “sistema de adaptación”, es el más dinámico porque es el que más está expuesto a los cambios del ambiente. El más estático, el más conservador de todos y que garantiza que el sujeto siga siendo el mismo a pesar de todos los cambios es el “sistema cultural”. Mis principios, mis valores, lo que aprendí de chico en la escuela, la tradición, el folklore, lo que me enseñaron mis padres es lo que me da mi identidad. Lo que mantiene la identidad de un sistema de acción es el cumplimiento de la función de mantenimiento de pautas latentes. Estas pautas y patrones son lo que está subyacente, es lo que sostienen a la función de integración y permite que a pesar de los cambios que son inducidos por la función (A) y por la función (G) yo siga siendo el mismo a lo largo del tiempo. La función (L) la cumple el sistema cultural, por ello es el garante de la identidad del sistema. La estabilidad de un sistema, en su carácter cualitativo, proviene de los factores simbólicos. Lo más dinámico es lo material, lo más estático y conservador es lo simbólico. Pero esta estabilidad de lo simbólico tiene una función, la estabilización de la identidad. Si no fuera así estaríamos completamente expuestos al ambiente y estaríamos mutando todo el tiempo de identidad, no tendríamos identidad. Ahora, en comparación con el modelo trisistémico, la cultura sigue teniendo la misma función, el problema es que en el modelo de los 4 sistemas de funciones, todos los demás sistemas tienen la misma importancia que este porque un sistema de acción cualquiera no puede funcionar si no cumple con las 4 funciones. De la 4 funciones, la de mantenimiento de pautas latentes es la que tira al sistema hacia el pasado, hacia la estabilidad; pero ahora apareció un sistema nuevo que lo empuja en la otra dimensión, que lo remolca hacia el futuro, hacia la contingencia, hacia la materialidad. El sistema de adaptación es el motor del cambio.
Para Parsons este sistema sirve para pensar cualquier sistema de acción. Esta pretensión será muy criticada. Sin embargo, en los sistemas empíricos tiende a predominar alguna de todas estas funciones. Los “seres vivos” son los sistemas de acción empíricos donde predomina la función adaptativa; el cuerpo biológico está todo el tiempo tratando de mantener la estabilidad homeostática con el ambiente. Los sistemas de acción en donde predomina la función de logro de fines son los sistemas de la personalidad. Cada uno de nosotros es un sistema de la personalidad. Si no existieran las “personas”, no existirían los fines. Solo las personas persiguen fines. Los sistemas de acción empíricos donde predomina la función de integración, de coordinación, son los sistemas sociales. En los organismos vivientes la función integrativa está asegurada de antemano por la unidad biológica del cuerpo, aquí hay muy poco que resolver en términos integrativos. A nivel psíquico, ya no es tan fácil mantener la integración; hay ciertas condiciones bajo las cuales el sistema de la personalidad se mantiene equilibrado. Pero violando ciertos parámetros básicos puede aparecer la psicosis, la esquizofrenia. Ahora bien, en los sistemas sociales esto no es tan simple. El problema no está en las “partes” del sistema, es decir los roles y las instituciones, sino en sus elementos, es decir los individuos que son los soportes materiales de los sistemas sociales. El problema con los individuos es que estos no están “pegados” biológicamente, tienen cierta autonomía operacional, están disgregados. ¿Qué es lo que hace que millones de personas vivan juntas permanentemente?; ¿qué hace que haya sociedad y no nada?; ¿qué es lo que mantiene unidas a las personas?, esta es la pregunta que según Parsons tiene que responder la teoría sociológica. ¿Qué es lo que mantiene integrados a los sistemas sociales?. En los sistemas sociales predomina la función de integración en virtud de lo que Parsons llamó “el consenso normativo subyacente”; el orden normativo es el cemento social que mantiene unidos a los individuos. Los sistemas empíricos en los que predomina la función de mantener la identidad, de conservar el patrimonio simbólico, son los sistemas culturales.
En Parsons vemos el esfuerzo de pensar las relaciones entre todas las partes. Los sistemas sociales son la materia predilecta del sociólogo, pero para entenderlos, tiene que entender su entorno, es decir que debe comprender la lógica de funcionamiento de todos los demás sistemas. Entonces, los sistemas sociales son un tipo de sistemas de acción. Y sabemos que todos los sistemas de acción responden a la estructura del esquema AGIL. Por lo tanto, si yo quiero estudiar el sistema social siguiendo a Parsons debo aplicar el modelo AGIL al sistema social (mirar apuntes) porque hay una sola estructura general para todos los sistemas de acción. Hay 4 grandes sistemas de acción, organismos, personalidades, sistemas sociales, sistemas culturales, cada uno de ellos especializados en el cumplimiento de alguna de las 4 funciones que caracterizan a todos los sistemas de acción. Para estudiar cualquiera de ellos debo aplicar el modelo AGIL. Entonces, como el sistema social es un sistema de acción hay que descomponerlo en cada una de estas 4 funciones (que van a corresponder con cada uno de los 4 “subsistemas”). Vamos a tomar como ejemplo el sistema social más grande de todos, la sociedad. ¿qué “subsistema” de la sociedad cumple con la función adaptativa, es decir que mantiene relaciones con el medio ambiente externo, con el ambiente material?. El “subsistema económico” es el que cumple está función. Ahora, la sociedad tiene 2 tipos de entornos. Uno empírico y otro analítico, podríamos decir. El entorno analítico es lo que no es “social”, es decir la naturaleza. Hay una parte del subsistema económico adaptativo que tiene que mantener relaciones con la naturaleza, que tiene que transformar la naturaleza, que tiene que establecer intercambios de inputs y outputs con ella. Por un lado, es el sistema productivo, es la producción, es el trabajo. Pero como ya sabemos, la producción y el trabajo humano se sostienen en determinado tipo de adaptación que el hombre realiza respecto de la naturaleza, respecto de determinado aprendizaje histórico en relación a la naturaleza que otra perspectiva teórica podría denominar como “medios de producción” o el desarrollo de las “fuerzas productivas” que en Parsons es denominado “subsistema tecnológico”. El “subsistema tecnológico” es el encargado de “la transformación social de la naturaleza”. El subsistema tecnológico es el subsistema adaptativo que tiene la sociedad para relacionarse con la naturaleza, para controlarla. La relación sociedad-naturaleza está mediada por la tecnología. El entorno “empírico” de la sociedad son otras sociedades. La relación de intercambio material entre distintas sociedades es el “comercio internacional”. Entonces, por un lado tenemos la producción y por el otro tenemos el comercio, todo esto es función adaptativa (A), es decir relación entre sistema y entorno. La sociedad tiene 2 entornos, el 1ro, la naturaleza de la cual se toman productos por medio de la tecnología y de la producción , el 2do, las otras sociedades con las cuales intercambio productos. Todo esto está abarcado en el “subsistema económico” o “tecno-económico”. El subsistema de la sociedad que cumple con la función de alcance de metas es el “subsistema político”. Es importante tener en cuenta que no estamos en el nivel del individuo, estamos hablando de la sociedad por lo tanto las metas son sociales, colectivas, son fines de la sociedad. El subsistema político es el que se ocupa de cumplir y hasta de proponer los fines sociales, es el que dirige la sociedad. Estamos hablando del Estado. Pero este no cumple las metas subjetivas de la población, su función es cumplir las metas sistémicas, las metas del sistema social como un todo que el requieren ser cumplidas para que este sobreviva; a veces coinciden con las expectativas de la gente, a veces no. El subsistema de la sociedad que se encarga del mantenimiento de la identidad es el “subsistema cultural del sistema social” (no hay que confundirlo con el sistema cultural a pesar de que tengan el mismo nombre); hay un sistema cultural que es un sistema de acción y hay un sistema cultural que es un “subsistema” del sistema social. Son dos cosas distintas. En un “sistema cultural” hay símbolos, normas, valores, representaciones abstractas, son ideas. Ahora, los sistemas sociales no están hechos de ideas, están hechos de instituciones, por lo tanto en el subsistema cultural del sistema social tampoco hay ideas, hay instituciones; en vez de la religión está la iglesia (que es una institución), en vez de estar la ciencia está la universidad; no está el conocimiento histórico están los museos. En el subsistema cultural están todas las instituciones que se organizan para mantener la cultura. Para Parsons es una práctica ordenada. Hay ciertos valores, reglas e ideas que están disponibles en el “sistema cultural” y que no están actualizadas. Las que están actualizadas y rigen nuestras prácticas son las instituciones. El subsistema de la sociedad que se caracteriza por cumplir la función de integración, que socializa, que coordina las relaciones entre las partes, que forma grupos, y que va a ser el más importante porque la característica principal de la sociedad (sistema social) es el cumplimiento de la función integradora, es el “subsistema integrativo”. Este subsistema es muy importante porque es donde se generan los lazos de solidaridad, la cohesión, la asociación, etc. Se genera, sobre todo, “solidaridad orgánica”; la “solidaridad mecánica” está más ligada al sistema cultural. El concepto de “sociedad civil” tal y como hoy lo usamos entraría en la función de integración; las asociaciones de la sociedad civil, los nuevos movimientos sociales, incluso las ONG´s cumplen esta función. Este sería el sistema social del sistema social. Esto suena muy mal y Parsons se dio cuenta de ello. Es por eso  que desarrolló un nuevo modelo teórico, el 4to (la última formulación tiene que ver con el texto seleccionado).
Por un lado hay un último corrimiento teórico; antes habíamos pasado de Weber a Durkheim, de la sociología a la biología; ahora pasamos de la biología a la teoría de la información, a la cibernética, a las teorías de la comunicación. Todo un corrimiento en términos informacionales. Es en este modelo en donde se le ocurre que todo lo que pasa en los sistemas sociales no es otra cosa que comunicación, intercambio de información. En el sistema social hay un lenguaje que se llama “influencia”. Con el esquema AGIL teníamos la lógica del sistema político, del sistema cultural, del sistema económico, del sistema social; también teníamos las interrelaciones entre ellos. Esta teoría es extremadamente objetivista. En 1966 Parsons se hace algunas preguntas: ¿los Estados (sistemas políticos) a quién dominan?; ¿quién es el que hace economía?; ¿quién hace cultura?. La respuesta fue: los Estados son sistemas políticos que dominan a una “comunidad”; el mercado es el sistema económico de una “comunidad”. Todo esto que parece una perogrullada se había perdido por el nivel de abstracción y objetivismo que había alcanzado la teorización parsoniana en el modelo AGIL; recordemos que en los sistemas sociales no había personas. Fue como una como una bajada a tierra. Hay “comunidades”, es decir grupos humanos que viven juntos porque comparten cosas de orden simbólico, comparten cultura y valores. Entonces, el “sistema social” del sistema social, eso que faltaba en el modelo AGIL, es la “comunidad societaria”. A partir de ahora, para Parsons, esta es el núcleo, el corazón de la sociedad, el soporte de toda sociedad. Sociedad implica que exista el mercado, el estado, que haya diferenciación funcional (Luhman), que haya división del trabajo social (Durkheim), que haya separación de las esferas de acción (Weber). A esto llamamos sociedad, a la diversificación de ordenes, valores, etc. La sociedad es un aspecto de la “comunidad”; hay una comunidad de hombres que hace sociedad, es decir que diferencia sus actividades (económicas, políticas, culturales, etc.). Este es el regreso del hombre a la teoría de Parsons. Este es el concepto más importante del último Parsons. Descompone la “comunidad societaria” en partes: es una “población” colectivamente organizada (no es un mero montón de gente junta) que comparte un sistema normativo. El sistema normativo está compuesto por valores y normas; la población por un componente colectivo y otro individual. La totalidad se llama “colectividad”, y esta está diferenciada, articulada, está organizada en torno a una multiplicidad de “roles” que son los que ejercen los individuos (los individuos se diferencian por los roles que asumen) pero comparten la “membresía”, la pertenencia a una misma colectividad. Esta es la “comunidad societaria”. Estamos hablando, ahora, de lo más básico y elemental. Fíjense, empezamos con el acto unidad; pasamos a los 3 sistemas (cultura, personalidad, sociedad); cuando analizamos los sistemas sociales nos encontramos con la estructura del esquema AGIL, es decir vamos focalizando cada vez más; pero en el esquema AGIL nos había quedado incompleto el casillero más importante de todos (el del sistema social del sistema social), casillero que ahora denominamos “comunidad societaria”.
Este último período de Parsons ha sido denominado “enfoque cibernético” en teoría social. En este modelo Parsons va a entender que todo lo social es del orden del intercambio de información. La palabra cibernética viene del griego kibernes, palabra que quiere decir “piloto” que conducía el barco, el que gobierna la nave. Ahora, ¿qué estudia la cibernética?. Sabemos que la premisa es la teoría de sistemas. ¿un sistema, cómo cumple las distintas tareas que tiene que cumplir; cómo sabe cada parte del sistema que función le corresponde?. La cibernética sostiene que en los sistemas complejos (sistemas cibernéticos) hay un subsistema que maneja a todos los demás y les de instrucciones, es el que los controla. Cibernética quiere decir ciencia del gobierno o del control. Este subsistema sería el piloto. Parsons va a aplicar estas ideas a su teoría social. Va a decir que el sistema social es un “sistema de información”, acá se aplica muy bien la metáfora de la computadora. La computadora es un sistema cibernético porque tiene un subsistema que maneja a todo el sistema, ese subsistema se llama software. La estructura fundamental va a ser software y hardware. Hay una parte más informacional, más software en la sociedad y que tiene que ver con lo simbólico. Para Parsons la cultura se puede pensar como si fuera el software de la sociedad. Este es un empobrecimiento espantoso del concepto de cultura pero que a Parsons le sirvió para formular algunas ideas. La cultura sería un conjunto de “instrucciones simbólicas”. Está muy condensado, con un conjunto muy básico de valores (igualdad, libertad, fraternidad, propiedad, etc.) uno puede ordenar un montón de instituciones sociales, es decir se puede dar un montón de instrucciones a las partes de la sociedad, a distintas partes que tiene menos componentes simbólicos, es decir que son más hardware. Todos los símbolos, empezando por las normas y valores, son información.
Ahora, fíjense lo que hace Parsons. Al lado de los valores, normas, colectividades y roles coloca las letras del esquema AGIL. A los valores le corresponde la (L), a las normas le corresponde la (I), a la colectividad la (G) y a los roles la (A); quedó LIGA. Habíamos dicho del esquema AGIL que todas las funciones tenían el mismo valor, es decir que se había perdido la preeminencia que tenía anteriormente el “sistema cultural”. En el esquema LIGA vuelve a aparecer la preeminencia del “sistema cultural”. ¿Por qué?. La respuesta está en el axioma básico del enfoque cibernético: los sistemas que tienen más información controlan a los que tienen menos información. El software controla el hardware. Los sistemas han quedado jerarquizados. El sistema cultural controla los demás porque es el que más información tiene por la razón de que él contiene todo lo simbólico (normas, valores, etc.). el sistema social, es altamente simbólico, tiene mucha información. El sistema político tiene un poco menos. El sistema económico (sistema adaptativo) no tiene ninguna información porque es puramente material. Esta es la jerarquía cibernética. De esto se deduce que el sistema económico no puede controlar a ningún otro sistema de la sociedad, de hecho debe ser controlado porque no contiene nada simbólico, no puede dar “sentido”, no puede dar instrucciones; es controlado por el subsistema que le sigue en la graduación de contenidos simbólicos, es decir el subsistema político. Los programas de la economía deben venir de la política y no a la inversa. Ahora, el subsistema político está subordinado a un subsistema que posee mayor contenido informacional, la comunidad societaria. Es la comunidad societaria la que regula y controla al subsistema político. Ahora, la sociedad civil obtiene sus normas, valores, motivaciones, etc, su identidad del sistema que posee mayor información. El subsistema “comunidad societaria” está controlado por el subsistema cultural.
Ahora, Parsons descubre que además de la jerarquía cibernética existe otra que es inversa. Porque los sistemas con menos información, es decir los sistemas que no controlan nada, son los sistemas con más “energía”. Información se opone a energía. Estos sistemas no pueden controlar nada pero condicionan a los sistemas con más información, les ponen restricciones materiales. Es cierto, la política define los programas que debe llevar a cabo la economía, pero esta le dice lo que es posible y lo que es imposible. Los sistemas con más información controlan, los sistemas con mas energía condicionan. Por ende, en los sistemas adaptativos está la llave de lo posible y de lo imposible, está la llave del cambio. El sistema de mantenimiento de patrones o subsistema cultural es el más lento para cambiar. El subsistema económico que es el que más contacto tiene con la materialidad es el más proclive a la transformación. Entonces, la identidad es cultural y simbólica, tiende a la estabilidad. Ahora, el cambio viene con el objeto de resolver problemas adaptativos por medio de la tecnología y la economía (sistema adaptativo, el sistema más dinámico de todos). entonces, la sociedad se ve tironeada en dos direcciones completamente opuestas. ¿Cuánto cambio puede tolerar sin desintegrarse, sin perder su identidad?; ¿cuánta identidad se puede sostener sin adaptarse a los requerimientos de la vida material?; ¿se puede dar el equilibrio?. Parsons diagnostica que las sociedades modernas están siendo remolcadas por el sistema adaptativo a un ritmo vertiginoso y que esto tiende a destruir la integración social, tiende a destruir el orden social...
 
 

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